"El lenguaje de las las olas" : acuarelas entre mar y tierra

El Lenguaje de las olas, de Magela Ronda y Esther Gili

El libro:

“El lenguaje de las olas” escrito por Magela Ronda e ilustrado por Esther Gili (Ed. Astronave)… mi historia con este álbum ilustrado fue como ir a una cita a ciegas y tener un flechazo! Vi por casualidad ilustraciones de Esther Gili en Pinterest, busqué su nombre en Google y descubrí este libro. Lo encargué online sin ojearlo y cuando lo recibí y lo abrí y me enamoré de inmediato. No sabría decir si me gusta más el texto o las ilustraciones, el conjunto hace que sea un álbum mágico. Nos cuenta la historia de amor entre Cian, a quien el mar protege y ama, y Olmo, que siempre se ha mantenido en tierra firme. Cuando se conocen, todos sus cimientos se ponen a temblar… Esta peculiar historia de amor destaca la necesidad de encontrarse un@ mism@ antes de poder amar a otra persona. Es un libro que recomendaría para adolescentes y adultos.

Olmo

El texto:

No leí el álbum a los niños porque hubiera sido un poco largo y no estoy segura de que lo hubiesen entendido bien pero sí nos fijamos en algunas páginas, como en las que la autora se inventa nombres de colores para las olas del mar y describe cada uno de manera muy poética.

Las ilustraciones:

Nos fijamos en cómo la ilustradora juega con los colores y los símbolos a la hora de representar a Cian (el mar) y Olmo (la tierra).
También hemos abordado la técnica de la acuarela y de las transparencias.

Cian y Olmo

El trabajo en clase:

Los alumnos tuvieron como consigna elegir un elemento (agua, aire, fuego o tierra) y representarlo libremente, respectando la gama de colores que elegimos para cada elemento.
Tenían que pintarlo con acuarela, lo que nos vino muy bien para trabajar la presión del lápiz (es una cosa que les cuesta muchísimo, los niños siempre tienden a ejercer mucha presión y hacer líneas muy marcadas que cuestan borrar o rectificar). También ha sido interesante ver cómo íbamos a dosificar el agua para que los colores quedasen transparentes.
Luego les pedí que, al igual que la autora, inventasen un nombre de color para su composición y que lo describieran en una etiqueta que añadimos a la ilustración a modo de collage.

Como siempre, estoy muy orgullosa de lo que hicieron. Aunque siempre les animo a que no copien las ilustraciones de los libros sino que se inspiren de ellas, algun@s alumn@s han reproducido la portada. No les puedo culpar de ello, se han enamorado de las ilustraciones del libro: cada vez que giraba una página oía “Alaaa qué chuloooo…” J Además, siempre digo que en algunas ocasiones, copiar no está mal: hay que aprender de los mejores.

Os dejo sus pequeñas obras de arte, ¡espero que os gusten!